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jueves, 23 de julio de 2015




No tengo tiempo

He tenido una vida muy activa. La disciplina de las artes marciales se quedó grabada en mi memoria después de muchos años de practicar  karate. Entrenar a las 5 de la mañana, 7 días a la semana, no era tarea fácil, pero por nada en el mundo habría dejado de ir. 

Después vino mi proceso de inmigración, una experiencia que yo describo como ‘’volver a nacer’’, pero en mi caso con 28 años de retraso con respecto a mi nueva vida. Y entonces descubro que no hay entrenamientos de karate a las 5 de la mañana pero en cambio algunos gimnasios están abiertos 24 horas y a pesar de que nunca había sido amante de aquellos sitios llenos de maquinas y de personas que fortalecen su vida social al interior de ellos, no podía quedarme sin hacer nada y terminé frecuentando uno. 

Llevo casi 10 años entrenando en un gimnasio y evidentemente muchos de mi prejuicios han cambiado:

  1. He descubierto la pasión, la disciplina y el respeto por muchos de mis compañeros y les agradezco enormemente el simple hecho de existir. Son ellos los que me dan la fuerza para levantarme a las 4 de la mañana un día de invierno (algunos de ellos hasta -40 grados centígrados), con una gran tormenta de nieve para ir a hacer mi rutina de ejercicios. Créanme, llegar al gimnasio y encontrarme con 12 o 15 personas más que lograron vencer las mismas condiciones o aún peores (conozco una persona que se transporta en bicicleta!), merece toda mi admiración y no me permite desfallecer.
  2. Aprendí a no generalizar. No es cierto que todas las personas se entrenen mal, ni que todos los entrenadores sean malos, así como tampoco es verdad que los gimnasios mas caros sean los mejores. Definitivamente comprendí que todo está dentro de mi y en cada lugar que he visitado (Nos hemos cambiado 3 veces de ciudad) he adquirido experiencias, ganado amistades y recibido consejos invaluables.
  3. He comprobado que no debo esperar a tener tiempo y mucho menos a estar jubilada para comenzar a hacer ejercicio, por que si no encuentro el tiempo ahora, la vida seguramente me lo cobrará después y entonces será demasiado tarde para arrepentimientos.
  4. He visto personas llegar en silla de ruedas, otras con prótesis en sus extremidades inferiores, ancianos con fracturas, jóvenes después de un trauma… y todos hacen ejercicio! pienso entonces que yo no tengo excusa alguna e intento recordarlo si un día me digo ‘’no tengo tiempo’’.

Actualmente, de las 168 horas que tiene mi semana dedico 12 a hacer ejercicio lo cual quiere decir el 7% de mi tiempo. Pero no es necesario entrenar 2 ó 3 horas al día para mantenerse saludable 20 minutos de la rutina apropiada son suficientes, lo cual equivale  al 1% de mi tiempo semanal. 

Siempre he creído que la buena salud es el objetivo principal, para mi el ejercicio hace parte de mis actividades vitales como comer o dormir. Por otro lado: ser mamá, esposa, hija, ama de casa y estudiante universitaria son solamente mis responsabilidades cotidianas, las cuales elegí y estoy absolutamente feliz de dedicarles  todo mi tiempo!

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