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domingo, 26 de julio de 2015





     Contando calorías 


No sabría decirles cuántos productos eliminé de mi dieta, cuál fue la cantidad de cosas que dejé de comer, cuántas tablas nutricionales leí durante los últimos 20 años de vida, etc. En varias ocasiones calculé mi IMC (Índice de Masa Corporal) para poder determinar mi consumo de calorías, leí libros que me enseñaban lo que debía comer para no sobrepasar mis requerimientos calóricos diarios, escuché las dietas que hicieron algunas de las personas que conozco y algunas veces me sentí con la autoridad de darles consejos. Ví series de televisión como Extreme weight loss, busqué información en internet, leí artículos de revistas y viví durante todo ese tiempo creyendo que estaba en lo correcto. 

Hace 1 año empecé el entrenamiento para mi competencia y poco a poco comencé a comprender que si tengo una actividad física constante y apropiada ¡no importan las calorías! Al menos no de la forma en como yo las concebía. Mi primera reacción siempre era mirar el ítem calorías por porción que está descrito en la tabla nutricional de los alimentos y por supuesto que conozco de memoria la información para aquellos productos que no tienen una etiqueta que me permitiera conocer dicha información, como las frutas o los vegetales. Como resultado de esto, me negué la oportunidad de comer aguacates, nueces, avena, palomitas de maíz, chocolate, aceite de coco, aceitunas, frutos de mar e infinidad de productos que potencialmente tuvieran una gran carga calórica. 

Una caloría es solamente una unidad de medida que se utiliza para saber la cantidad de energía máxima que nos aporta un alimento por unidad de peso y gran parte de la información que recibimos nos permite deducir que si se comen más calorías de las que se gastan pues nos engordamos. De la misma manera que sabemos que para poder adelgazar debemos consumir menos calorías de las que podemos quemar. Ahora que estoy a pocas semanas de mi concurso,  he debido olvidarme de las famosas calorías y aprender un poco mas de la composición de las grasas (saturadas, insaturadas, aceites esenciales y omega 3), de las proteínas (origen animal o vegetal) y de los carbohidratos (simples y complejos). Como resultado de esto,  puedo entender mi cuerpo y saber lo que necesito comer para lograr los resultados que estoy buscando. 

Esta nueva manera de ver las cosas me está liberando de culpas; poco a poco he dejado de restar a la hora de comer y en cambio me divierto sumando: Más vegetales, más proteínas, más frutos rojos, más nueces, más aguacates y más comidas al día! En este momento de mi vida no como de acuerdo a lo que pueda quemar, sino de acuerdo al resultado que quiero alcanzar y esa, solamente esa, es mi mayor motivación. 

A continuación les dejo mi receta favorita de helado de frutos rojos; a mi me encanta y es muy rápida de preparar. Puedo comer este rico helado a cualquier hora, pero lo prefiero si tengo hambre antes de irme a dormir.

1 taza de frambuesas ó fresas congeladas
1 taza de moras (o arándanos azules - blueberries en inglés-) congeladas
1 medida (32 gr) de polvo de proteínas 
1/2 taza de leche de almendras o de leche descremada bien fría 

Se pone todo en la licuadora, lo dejas congelar y listo! a disfrutar! 

1 comentario:

  1. Hola llren, magnífico, te felicitó, eres mi inspiración, que proteína me recmiendas, hago poco ejercicio, pero quiero mejorar, gracias por compartir

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